Durante los diez días de 1972 que pasaron entre el 19 y el 29 de marzo, los japoneses Yasuo Kanda, Yasuo Kato, Hideo Miyazaki, Toku Nakano y Kazuhide Seito completaron la primera ascensión de una de las rutas más duras y comprometidas del macizo del Mont Blanc, en la que su grupo de ocho alpinistas trabajó en estilo pesado durante 32 días. Se fijaron en el corredor central de la famosa cara norte de las Grandes Jorasses y poco a poco fueron ganando altura hasta firmar una apertura que les brindó un gran reconocimiento en el alpinismo internacional.

El Corredor de los Japoneses transcurre entre la Punta Walker y la Punta Whymper, dividiendo en dos mitades casi perfectas una de las paredes más famosas de los Alpes y en las casi cinco décadas de existencia que tiene apenas habrá sido repetido media docena de veces… De hecho, la primera repetición no llegó hasta 2008 a cargo de los franceses Julien Désécures y Arnaud Guillaume. La primera en el día correspondió a los británicos Jonathan Griffith y Adam George, en 2014.
Una de las principales complicaciones de este itinerario de 1.150 metros, graduado con dificultades de VI 6, 6a, A1/A2, se debe a lo dependiente que es de las condiciones. De hecho, la incorrecta formación hielo en sus caprichosos relieves explica la escasez de repeticiones.
En el día… por fuerza
Marc Toralles, Roger Cararach y Bru Busom se metieron en la vía sin importarles que el corredor presentara unas condiciones extremadamente secas. Su intención era realizar algún vivac durante la ascensión. Unos planes que tuvieron que cambiar ante la imposibilidad de encontrar ninguna repisa que les diese un descanso, y motivados también por el inminente deterioro de la meteorología. Así las cosas, tiraron para arriba sin parar y alcanzaron la cumbre hacia la 1:00 h de la madrugada.
Resumía brevemente la aventura Marc Toralles en sus redes sociales: “Empieza a ser tradición, a pesar de no ser sufridores… Escalar una cara norte de los Alpes esté o no en condiciones por estas fechas… Así que esta vez ha tocado la norte de las Grandes Jorasses vía Japanese Couloir saliendo en el día por falta de vivacs y el marrón que venía el día siguiente…”.
Marc Toralles y Roger Cararach llevan tiempo compartiendo escaladas por medio mundo. Ellos dos e Iker Madoz repitieron en verano de 2017 Tambo, churros y amigos (1.000 m, 7a, A2, M4, 95º) en el Jirishanca, en la peruana cordillera del Huayhuash. Este verano de 2018, Oriol Baró se sumó al grupo en el intento al Gasherbrum IV, en el Karakórum. En el currículum de Cararach figuran también dos aperturas a seismiles de Nepal con Santi Padrós y Oriol Baró; mientras que en el de Toralles está la primera repetición y primer en estilo alpino de la arista noreste del Huantsán (Cordillera Blanca, Perú), con Oriol Baró.