Después de unos días de exploración, y su consiguiente descanso, los hermanos Pou y Manu Ponce realizan la primera escalada de la cara norte del Cerro Tornillo, una montaña preciosa de 4.900 m, enclavada en la vertiente sureste de la Cordillera Blanca del Perú; una zona poco conocida.
Tras 1h 1/2 en todoterreno, inician la aproximación -de 3 horas- ayudados por mulas para cargar todo el material de escalada, agua y víveres, que les permitirán estar hasta cinco días en el campo base a una altura de 4.500 metros. Un lugar que habían estudiado con anterioridad durante las jornadas de exploración.
Al día siguiente de la llegada al campo, inician la marcha de aproximación hasta la base de la montaña, al mismo pie de una pared enorme de la que no tienen ninguna información reseñable, ya que desconocen tanto su dimensión en metros, como la altura del pico, o las dificultades que tendrán que afrontar, ya que va a ser la primera ascensión por esta vertiente de la montaña.
Deciden acometer la escalada en estilo alpino y non stop, o lo que es lo mismo: con el material justo para intentar hacer la apertura de la vía en una sola jornada, prescindiendo de sacos de dormir, material de vivac, o comida para más de unas horas, con lo que de no acertar a realizar la apertura en un solo día, tendrían que descender o forzar un vivac sin equipo en mitad de la pared.
Van ascendiendo con velocidad por toda la ruta, encontrando dificultades, que a pesar de los problemas generados por la altura (la falta de oxígeno dificulta mucho los movimientos explosivos de la escalada), los hermanos Pou y Manu Ponce va superando.
La ascensión les lleva 6 horas de escalada sin paradas, en la se van alternando en cabeza de cordada, para alzarse en la cumbre principal del Cerro Tornillo, y tras 700 metros de escalada, conseguir por primera vez escalar su cara norte.
La bajada resulta delicada por su cara este, con continuos destrepes expuestos, y les obliga a estar alerta hasta su vuelta a al base de la pared, desde donde retornan muy cansados hasta el campo base, 11 horas después de iniciado el ascenso.
La ruta que han abierto tiene unas dificultades de hasta 6b y 700 m, y la bautizan como “Burrito Chin de los Andes», en homenaje a su cámara Alexander Estrada.
Muy satisfechos con esta primera ascensión, todavía les queda tiempo para seguir soñando con nuevas aperturas que casi con total seguridad afrontarán los próximos días.
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