Debido a la cantidad de noticias surgidas sobre el incidente en la Aguille de Midi, y para que sea posible contrastar la información, Kilian Jornet decide ampliar la información sobre ello.

Con este comunicado, Kilian da el tema por zanjado, y se centrará en la continuación de la temporada de trail, y los nuevos retos de su proyecto Summits of my Life.
Ampliación información:
«El pasado 7 de septiembre tenía previsto realizar un itinerario de montaña en la cara Norte de la Aiguille du Midi (Francia), el llamado Espolón Frendo. Este era un itinerario que ya había realizado dos veces con anterioridad en solitario, y siempre yendo ligero de material. Este es el tipo de salidas que realizo con frecuencia y que son la base tanto de mi entrenamiento como de mi tiempo libre, ya sea acompañado o en solitario.
Realicé el itinerario junto a Emelie Forsberg y ambos íbamos equipados con material ligero (mallas de manga corta, chaqueta de plumas finas y zapatillas). Partimos al alba desde Plan d’Aiguille a las 8h30, con la intención de regresar al cabo de unas 4 horas, que era el tiempo que estimábamos que nos tomaría realizar el recorrido. El día anterior habíamos comprobado la meteorología, que se anunciaba mala a partir de las 5 de la tarde y ambos llevábamos material de escalada sobre roca (juego de friends, empotradores, cuerda de 60 metros…) y también material de escalada sobre hielo (2 piolets por persona, crampones técnicos y tornillos de hielo).
Empezamos a buen ritmo por el recorrido, y a las 9 de la mañana empezábamos a escalar, encordados. A las 12h nos encontrábamos a una hora aproximadamente de la cumbre. Allí, en el último tramo de desnivel tomamos un itinerario equivocado, y al darnos cuenta, rapelamos y volvimos a coger el bueno, perdiendo unas 3-4 horas. Mi acompañante sufrió, a unos 50 metros de la cumbre, un problema y fue entonces, sabiendo que la meteorología se agravaría al cabo de una hora, que decidimos llamar al PGHM (cuerpo de rescate de alta montaña). Decidimos realizar esa llamada para no exponernos a más riesgos. En esa cordada era yo quien tenía más experiencia y por lo tanto la responsabilidad de la seguridad de mi compañero de cordada. No nos expusimos a ningún riesgo grave pues íbamos asegurados y teníamos la posibilidad de bajar en rapels si los equipos de rescate no conseguían llegar.
El equipo de rescate nos comunicó que, debido a las circunstancias climatológicas no podrían acudir en helicóptero, y que lo harían a pie a través del teleférico de la Aiguille de Midi y descendieron después en rapel los 50 metros que los separaban de la cima de la Aiguille. En total, desde que se realizó la llamada y el equipo de rescate llegó al lugar pasaron 4 horas. Desde allí, nos acompañaron de manera muy profesional y segura hasta la cima de la Aiguille, desde donde bajamos en el teleférico hasta Chamonix. No sufrimos heridas ni mayores consecuencias, aparte de un poco de frío.
Quiero aprovechar la ocasión para agradecer el trabajo siempre tan profesional y eficaz que realizan los cuerpos de salvamento en montaña.
Esta es una alerta de que la montaña es dura, y que a pesar de ser meticulosos es peligrosa. Hay que ser humilde frente a ella pues nuestros fallos, sobre todo cuando se va ligero, se pueden pagar caros. Debemos aceptar y ser conscientes de los riesgos que queremos tomar individualmente y con las personas que nos acompañan, en función de nuestras capacidades físicas, técnicas y también de nuestra experiencia.»