El alemán Robert Jasper y el suizo Roger Schaeli han realizado la primera escalada en libre de la famosa vía John Harlin direttissima, con salida por la Heckmair, en la cara N del Eiger. Los dos alpinistas han podido completar esta exigente actividad por la ruta más directa a la montaña alpina después de tres días, con sus tres noches, en la pared. La escalada se llevó a cabo a finales de septiembre, una época elegida cuidadosamente por Jasper y Schaeli para evitar la peligrosidad de los desprendimientos de bloques del verano y el frío extremo del invierno. Los alpinistas tuvieron que superar dificultades de hasta M8, 7a, E5. Esta es la segunda gran vía liberada por la cordada Jasper-Schaeli en la vertiente N del Eiger, después de la Directa Japonesa que escalaron el año pasado. “Hice mi primer intento en esta vía en el invierno de hace 20 años, pero tuve que darme la vuelta”, cuenta Robert Jasper, quien añade que “después de tres intentos más, he ido acumulando la experiencia necesaria; tienes que saber qué es lo importante aquí”.
Una tragedia histórica
La escalada de la John Harlin direttissima tiene un regusto especial para Jasper, más allá de la extrema dificultad técnica y reto alpinístico que representa. “Cuando escalé la cara Norte del Eiger rodando la película IMAX junto a John Harlin III (el hijo de John Harlin II, quien murió en 1966 en su primera ascensión cuando su cuerda se rompió), quedé profundamente afectado por la tragedia de su familia”, explica.
Así pues, no es de extrañar que “al escalar esta ruta legendaria, no pude evitar que mis pensamientos dieran vueltas a ese drama continuamente”, confiesa Jasper, quien señala que “cuando escalaba de primero el largo exacto en que John Harlin tuvo su caída fatal en 1966, vinieron a mi mente pensamientos sobre mi propia familia y los riesgos de la montaña… fue duro. ¡Esta vía ha sido la escalada más emotiva de toda mi vida!”
Crónica de la ascensión
Tres días de escalada por la John Harlin direttissima y la Heckmair, entre el 20 y el 23 de septiembre, llevaron a Jasper y Schaeli hasta los 3.970 m de la cumbre del Eiger, pasadas las ocho de la noche. A esa hora, exultantes pero agotados, decidieron montar su tercer vivac y esperar a la mañana siguiente para rapelar los 700 m de la pared S.