El potente binomio británico formado por Ian Parnell y Andy Kirkpatrick, elmismo que en invierno pasado se metió de lleno en la Lafailleal Petit Dru (segundaascensión aunque sin el crucial largo de A5), ha vuelto a firmar otraprimera repetición, y también en invierno. Para ello, cruzaron el charco (Parnellya lo hizo el pasado mes de junio para la segunda ascensión del DenaliDiamond con Kenton Cool) y se plantaron en Patagonia,símbolo por excelencia de la climatología adversa (y perversa)…en plenoinvierno austral.
Objetivo, la Aguja Mermoz, en el grupo del Fitz Roy, y en concreto Vol deNuit (Pilar sureste), una técnica línea sin repeticiones hasta la fecha,abierta en 1993 y en solitario por el especialista en escalada invernal AndyParkin, autor junto a FrançoisMarsigny de otra espectacular línea en el vecino CerroTorre en 1994, A la recherche du temps perdú (1.000 m, ED+, 90º),que les valió a ambos el Piolet d’Or, máximo galardón alpinístico francés.
Rozando la hipotermia

Las razones, amén del sempiterno obstáculo climatológico que siempresupone Patagonia, especialmente en invierno, son contundentes: 650 metros conbastantes y mantenidas secciones de mixto por encima de grado VII escocés,varias tiradas de A1, verticales planchas de nieve profunda…y una crucial goulottede 70 metros de verglás y seis pulgadas de ancho, con tramos de hielo de apenasuna pulgada de grosor, que forzó a los británicos a escalar parte en ensamble,sin poder meter seguros.
A Parnell y Kirkpatrick les llevó tres días de escalada completar laprimera repetición de Vol de Nuit, después de haber alcanzado el campamentobase en medio de una tormenta, confiando ciegamente en contar con una ventana decinco días de mucho frío, pero cielos despejados a cambio. Al final, hicieroncumbre tras realizar dos vivacs en la pared, aunque durante el segundo, unanoche en vela sobre una precaria e inclinada repisa, Kirkpatrick estuvo cerca dela hipotermia. Para Andy esta es su tercera ascensión invernal en Patagonia yla más gratificante, porque «antes de alcanzar la cima, siempre pensamosque había más riesgos de fracaso que de éxito».