La partición de la India en dos estados (India y Palistan) en 1947 dejó una sangrante herida abierta en el norte, agravada poco después por la invasión china del Tibet y de la región india de Aksai Chin. Los conflictos armados han sido una constante desde entonces por esas latitudes, afectando los permisos para el turismo y el montañismo.
La relativa estabilidad que se vive actualmente en la zona han motivado la decisión del Ministerio de Defensa indio de relajar la protección de las áreas restringidas. Así pues, varios lugares de Ladakh han quedado teóricamente abiertos a los viajeros, tanto indios como extranjeros. A la práctica, la decisión definitiva dependerá del Ministerio del Interior, del que se espera una notificación oficial a finales de este mismo mes de enero.
La apertura de estas áreas del distrito de Ladakh, conocido también como Pequeño Tibet por sus similudes orográficas y culturales, ofrecerá nuevas posibilidades al alpinismo. Se calcula que hasta 104 picos se abrirán de nuevo al alpinismo, tras permanecer cerrados entre cuarenta y sesenta años.
De momento, los turistas ya pueden acceder a lugares hasta ahora vetados como la aldea de la Ruta de la Seda Turtuk, penúltima población del valle del Nubra, río que nace en el glaciar Siachen, en el Karakorum. También se han abierto importantes circuitos turísticos en las zonas de Kargil y Dah.
De momento, los turistas ya pueden acceder a lugares hasta ahora vetados como la aldea de la Ruta de la Seda Turtuk, penúltima población del valle del Nubra, río que nace en el glaciar Siachen, en el Karakorum. También se han abierto importantes circuitos turísticos en las zonas de Kargil y Dah.
Desde el punto de vista del alpinismo, el distrito de Ladakh es conocido por ser el extremo norte de la India, donde se hallan 14 picos de cierta relevancia y de más de 5.500 metros, especialmente en Nun (7.135 m) y el Kun (7.077 m). Las cordilleras de Zangskar y de Ladakh son otros nombres conocidos por el alpinismo internacional en la zona.
Fuente: www.visitladakh.com