Febrero de 2006. En plena aproximación a la cara este de las Grandes Jorasses, remontando el glaciar Lechaux con destino al collado de Les Hirondelles, Philippe Batoux y Lionel Daudet descubren que su única cuerda está seriamente dañada casi a la mitad, a punto de la rotura total. Hay que regresar. Mala suerte; han perdido la ventana de buen tiempo, hay que esperar a la próxima. Dejan allí el resto del material e inician el regreso a Chamonix.
Así empezó la historia de la última vía de las abierta en las Jorasses, Little big men. 750 metros a lo largo de su cara este, con una entrada de 250 por una goulotte de hielo. Los autores, Philippe Batoux y Lionel Daudet, que quisieron rendir homenaje con ella a dos alpinistas franceses recientemente desaparecidos: Jean C. Lafaille, en el Makalu, y Damien Charignon, barrido por una avalancha en Serre Chevalier el día 13 de marzo, uno antes de que Lionel y Philippe iniciaran su actividad. 14 de marzo, volvamos a las Jorasses…
Nueva oportunidad
Por fin el anticiclón. Sin perder tiempo, Lionel y Philippe se ponen en marcha, y esa noche duermen en el refugio Lechaux. Al día siguiente, remontan hasta el collado de Les Hirondelles, y vivaquean al pie de la cara este, y su goulotte en forma de Y.
Al día siguiente, comenzaron una ascensión de ocho días en la pared (del 14 al 23 de marzo), con cuatro de constante tormenta, en la que decidieron tirar del estilo cápsula, ascendiendo y descendiendo a la hamaca, para no perder tiempo en mudanzas constantemente. «Estratégicamente teníamos que dejar el máximo de equipo posible lo más abajo posible».
La disección de la vía dejó cuatro secciones diferenciadas. Una primera sección de hielo de 350 metros, III y M5+ (la goulotte de entrada desde Les Hirondelles), una segunda sección de hielo de 250 m, M6 y A1, 320 metros de artificial y mixto, con algunas secciones en libre y dificultades de A3, M5 y 6a, y la sección de mixto de salida de 200 metros y M2.
Fuente: Philippe Batoux – millet.fr