«Ve despacio y con cuidado», le decía Marco Barmasse a Hervé Barmasse en el refugio Bivacco Bossi el pasado 13 de marzo a eso de las seis menos cuarto de la mañana. El padre observaba a continuación cómo se marchaba el hijo, para intentar realizar algo que él mismo había hecho allá por 1985, es decir, enlazar las cuatro aristas del Cervino del tirón. Marco fue el primero en hacerlo en solitario. Hervé le ha dado una vuelta de tuerca más y ha sido el primero en hacerlo en solitario invernal.

Desde el citado refugio Bivacco Bossi (3.345 m), Hervé Barmasse ascendió a la cima del Cervino (4.478 m) primero por la arista Furggen a través de la Via degli Strapiombi. La aventura del guía alpino comenzaba con una ascensión que se convertía en la primera invernal en solitario de la línea. Además, apuntaba que las condiciones no habían sido las mejores, debido a la abundancia de nieve que le había ralentizado significativamente.
A continuación, Hervé Barmasse ha efectuado el primer descenso por la arista Hörnli y ha realizado una travesía hasta la base de la cara norte para iniciar su segunda ascensión a la cumbre, esta vez por la arista Zmutt. Finalmente, ha completado el descenso por la arista Leone hasta el refugio Carrel. Eran cerca de las 22:45, con lo que el cronómetro contó un total de unas 17 horas de actividad. En este tramo final de la aventura, se reencontró de nuevo con su padre, aunque sólo por un rato antes de retomar el descenso hasta Cervinia en solitario.
«Basta de solitarias», desvelaba Hervé Barmasse que le había dicho en ese momento Marco… «que es lo mismo que me dice cada vez», apostillaba con sentido del humor. Según declaraciones publicadas por Montagna.tv, el alpinista italiano reconocía que su padre «estaba muy preocupado, porque las aristas en invierno, y sobre todo este invierno, estaban en ciertas partes bastante peligrosas, en algunos puntos era tan profunda que llegaba hasta la cintura. Y él evidentemente lo sabía, no estaba tranquilo, los peligros están ahí…». En cualquier caso, Hervé Barmasse sólo necesitó echar mano de la cuerda en pequeños tramos especialmente expuestos, unos 25 metros en total según sus propias estimaciones.
Como en su casa
«El Cervino es como mi casa», afirmó con rotundidad Hervé Barmasse en Barcelona, en un acto de la Speaker Series de The North Face celebrado junto a Marco Barmasse y los hermanos Pou. «Es una montaña perfecta», añadía, «para las cuatro generaciones de guías de montaña de mi familia, el Cervino llega a ser un monumento, a la vez que casi un hermano que llevamos siempre en el corazón».
No en vano, ha protagonizado allí varias de sus mejores actividades. Padre e hijo se encordaron en 2010 para abrir una emotiva nueva ruta en el Cervino. En la primavera de 2011, Hervé Barmasse se convirtió en el segundo alpinista después de Walter Bonatti en abrir una nueva ruta en solitario al Matterhorn.