Buena compañía, buenas condiciones, una excelente climatología, y lalínea perfecta. Así se podría resumir la reciente y fugaz incursión delcanadiense Sean Easton y el suizo Ueli Steck en el conocido Monte Dickey (Alaska,2.910 m), especialmente por sus muros sur y este, que ofrecen metros y metros deexcelente granito vertical.
El pasado mes de marzo, y aprovechando una ventanade buen tiempo de cuatro días, Sean y Ueli se metían en la pared este delDickey para «extraer» Blood from the Stone, 1.500 metros deescalada en mixto, abiertos sobre dificultades de M7+, AI6+ y 90º en nieve.
En total, una semana hasta regresar de nuevo a la civilización, durante laque Easton y Steck trazaban una línea a través de un sistema de tubos yfisuras que recorre toda la longitud de la pared, acumulando hielo y constantes»salpicaduras» de nieve, salvo un tramo de 100 metros, que exigiósu destreza sobre la roca. Eso sí, Sean asegura que las planchas heladas eratan finas que apenas sí les permitía continuar hacia arriba. ¿El nombre?»Suponíamos que escalar esta vía sería tan difícil como sacar sangre dela roca». De ahí su Blood from the Stone.
El sueño de cualquier alpinista
El 20 de marzo, tras cuatro días en la pared, Ueli y Sean culminaban sunueva vía a la este del Dickey, «una increíble ruta de la mejor calidad,que cualquier alpinista sueña con encontrarse», afirma Easton. «Ueliy yo tuvimos la suerte de que todo lo necesario -un buen compañero, tiempoperfecto, buenas condiciones y «La Línea»- vino junto.
De hecho, «había llegado suponiendo que estaría sentado en la tiendadurante semanas ante la rabia de las tormentas, y partiendo a casa sin haberconseguido lo que venía buscando a Alaska. Este ha sido un agradable cambio».