Nos ha quedado un número roquero al 100 por cien. Roquero y muy auténtico. Casi todas las páginas de este número están dedicadas a la escalada clásica. Nada de nieve, ni hielo, solo fisuras, diedros, espolones, mucha autoprotección y algunas placas con las expansiones justas. Esa es la filosofía que se ha conservado en casi todos los riscos de la sierra de Gredos, por eso no es raro “asegurarse” a clavijas galayeras de más de medio siglo… Pero no os hagáis una idea equivocada, no estamos hablando del museo de los horrores o del castillo del terror; esto es escalada para disfrutar, líneas modernas, antiguas o muy antiguas que se acometen con material moderno, de un nivel asequible para la mayoría, sin grandes compromisos ni riesgos…, eso sí enmarcadas en el corazón de Gredos, a menudo en un ambiente sobrecogedor y con un aroma añejo y aventurero que engancha y, seguro, va a enganchar a quien aún no lo haya catado.
Por partes
Hemos dividido el número en cinco capítulos: Galayos, Torozo, Circo de Gredos, Risco del Fraile y, aunque puede incluirse dentro de Galayos, hemos considerado que la Peña del Águila tiene suficiente entidad como para merecer un capítulo aparte.
De los quince sectores de escalada que pueblan el Circo de Gredos, se han seleccionado las mejores rutas del Ameal de Pablo, Risco Moreno, Escudo y Sector Equalizer. Aquí hay para todos, incluso para los que quieran catar las últimas, y duras, liberaciones en la zona.
Relativamente próximo al Circo, el Risco del Fraile, pese a no ser una gran pared y contar con apenas una docena de vías, nos va a deleitar con su colección de excelentes fisuras, desde las mejores para iniciarse en la autoprotección hasta los últimos problemas encadenados..
Galayos no cuenta con las escaladas más largas, pero sí con las más verticales, aéreas y desafiantes, con cumbres en las que la mayoría de las veces uno no se atreve ni a estirar las rodillas. Aquí va una extraña selección de vías; de la más dura, a la clásica olvidada, pasando por la más larga y alguna que otra rareza interesante…
De las trece vías seleccionada en la Peña del Águila no hay ni una sencilla con algún paso ocasional. Son todas vías más o menos serias y muy muy imponentes
Fisuras, diedros, autoprotección, líneas de más de 300 metros… Todos los ingredientes de la escalada de aventura se dan cita en El Torozo, pero con una peculiaridad: el ingente trabajo de reequipamiento llevado a cabo en los últimos años ha convertido la zona en un auténtico filón de “clásica moderna”.
No está de más decir que hemos contado para todas estas zonas con un trabajo fotográfico de primera categoría. Estamos muy agradecidos especialmente a Elena Martínez de la Varga y a los amigos de Clownclimbing.
Los mejores momentos
“No puedo explicar con palabras la emoción. Cómo te pueden cambiar los conceptos en unos días, cómo te pueden marcar las pequeñas vivencias para el resto de tu vida”, leemos en el artículo Omar sobre el Risco del Fraile. Precisamente a esto os animamos, a disfrutar de los pequeños matices de Gredos, de su escalada, claro, pero también de sus agujas, de sus refugios, de sus momentos.
Y finalizamos este resumen con unas palabras de Joaquín que resumen muy bien lo que nos gustaría transmitir: “Si echo la vista atrás, mis mejores momentos en el Circo de Gredos no los recuerdo cogiendo este o aquel agarre, sino pasando las horas muertas bañándome en la Charca Esmeralda hasta que el sol se ocultaba tras el Almanzor. Observando los cambios de luces al atardecer con una cervecita en la terraza del Elola. Esas tertulias nocturnas tras la cena y el cordial y especial trato que siempre recibimos en el refugio, primero como escaladores, más tarde como habituales y finalmente como amigos”.