El Cerro San Lorenzo (3.706 m), también conocido como Cochrane, es el segundo pico más alto de los Andes de Patagonia. Se encuentra situado en la frontera entre Argentina y Chile, en una localización remota, de la que sobresale con una prominencia de más de 3.300 metros. Varios glaciares cubren extensas porciones de su relieve, cuya cima principal fue ascendida por primera vez en 1943, a cargo de Alberto María de Agostini.
Una larga aproximación no favorece la presencia de un gran número de alpinistas en sus vertientes. Jordi Corominas y Oriol Baró abrieron en 2008 una nueva ruta en su cara noreste, que bautizaron como Nordafricana, en irónica referencia a la Sudafricana (1986) que recorre la arista este, a su izquierda. Más a la izquierda se abre la imponente cara este o sureste, una peligrosa vertiente con amenazantes seracs en la que hasta ahora no había ninguna línea trazada.
El año pasado, el Cerro San Lorenzo estuvo en primera plana de la actualidad por el fallecimiento allí de los famosos esquiadores extremos y alpinistas Andreas Fransson y JP Auclair, por un alud que los barrió de la cara norte.
Expedición eslovena
Una expedición eslovena formada por Dejan Koren, Bostjan Mikuz, Rok Kurincic, Domen Petrovcic y Domen Kastelic se dirigió a finales de octubre pasado a la zona. Según informa Patagonia Vertical, montaron su campo base en Puesto San Lorenzo, una antiguo refugio gaucho. Los recibió un inusual buen tiempo, que les permitió ver la montaña y una línea «más o menos segura». A continuación, siguieron dos semanas completas de mal tiempo y una corta ventana el 10 de noviembre que no les permitió completar un primer intento a la cara este.
Tuvieron que pasar de nuevo al modo de espera, hasta el 20 de noviembre, cuando se abrió una nueva ventana. Era su última oportunidad, pues sus víveres ya estaban cerca de agotarse. La expedición se dividió en dos cordadas: mientras Domen Petrovcic y Domen Kastelic partían hacia un couloir entre el Pilar Sur y la Cumbre Sur, Dejan Koren, Bostjan Mikuz y Rok Kurincic salían del campo base a mediodía en dirección a la parte derecha de la vertiente, justo a la izquierda de la arista este.
Empezaron a escalar a las siete de la tarde, sin encordarse por pendientes de nieve de hasta 70º. A medianoche, habían ascendido 800 metros y habían alcanzado la primera cascada de hielo, que conecta las partes baja y media de la pared. Aquí se encordaron para escalar tramos de terreno mixto sobre hielo duro bajo tres amenazantes seracs.
El viento de sureste empezó a soplar con fuerza, por lo que decidieron no detenerse a derretir agua y continuaron escalando ininterrumpidamente hasta alcanzar la arista. Allí, a 3.450 metros y tras escalar 1.600 m y conectar con la ruta Sudafricana, decidieron renunciar a la cima e iniciar un largo descenso por la cara noreste. Habían invertido 18 horas durante la ascensión y tardaron otras 22 horas para llegar de nuevo al campo base, después de 40 rápeles.