David Lama ha sido uno de los grandes protagonistas de la temporada patagónica 2011-2012. El joven escalador austriaco ha conseguido completar con éxito el proyecto tras el que llevaba tres años: escalar en libre la arista sureste del Cerro Torre. Una vertiente que ha centrado la atención, tanto por su liberación como por la controvertida retirada de los clavos de Maestri llevada a cabo por Jason Kruk y Hayden Kennedy.
El camino que ha llevado a David Lama hasta la cumbre del Cerro Torre no ha sido fácil, tanto por lo técnico, físico y psicológico de la escalada, como por lo mental de resistir críticas y presiones. De hecho, él mismo reconoce que la clave de su éxito ha sido la resolución que ha puesto en un proyecto que califica como el más valioso de su todavía corta carrera alpinística. Un proyecto con el que ha madurado como alpinista y con el que ha aprendido mucho acerca de la escalada en un entorno como Patagonia.
¿Cuáles son tus sentimientos personales después de tu éxito?
En realidad, fue un sentimiento extraño. Durante más de tres años, el objetivo de escalar en libre el Cerro Torre ha formado parte de mí. Ahora que he hecho realidad mi sueño, el objetivo ya no existe más. Me llevó un par de días darme cuenta de ello, pero ahora ya tengo los ojos puestos en nuevas cosas.
¿Cuál ha sido el peor momento de esta ascensión?
La parte más difícil de mi camino fue lidiar con las circunstancias que vienen con un proyecto en el Cerro Torre. Es una de las montañas más bonitas del mundo y a la vez ha sido el escenario de algunas de las historias más controvertidas del alpinismo. El mundo del alpinismo va a tener el ojo puesto sobre cualquier cosa que se haga allí. Me enfrenté con críticas bastante duras debido a dos errores que cometí. Aceptar todo eso y continuar concentrado en tu proyecto, a pesar de que no notes ningún progreso, fue a veces verdaderamente difícil. Pero he aprendido mucho durante los pasados tres años y cuando ahora vuelvo la cabeza atrás hacia mi ascensión, soy feliz de poder decir que la hice en el mejor estilo posible.
¿Pensaste alguna vez que no ibas a poder hacerlo?
No las tenía todas conmigo. Algunas veces dudé de mis posibilidades, porque apenas veía ningún progreso. Cuando mi compañero Peter Ortner y yo subimos a la cumbre el año pasado, vimos una línea que parecía posible de escalar en libre. Todavía había incertidumbres, como la variante de la Bolt Traverse y el último largo en el headwall, pero seguimos creyendo.
¿Cuándo supiste en realidad que lo ibas a conseguir?
A pesar de que todavía había un par de incertidumbres, estaba seguro de que lo iba a hacer esta temporada, cuando aterricé y vi las condiciones en el Cerro Torre. Casi no había nada de hielo en el headwall y supe que, si no lo hacía esta vez, quizás acabaría por no hacerlo nunca.
¿Es tu mejor realización hasta ahora?
Fue un camino de tres años. Hubo muchos altibajos y puse mucho amor y pasión en este proyecto. Da igual si es el mejor, para mí es el más valioso.
¿Vale la pena hacer esta vía? ¿Qué les dirías a futuros repetidores?
Si buscas una aventura de este tipo, vale totalmente la pena.
¿Tienes alguna idea sobre el grado?
El largo más duro es el que va unos metros a la izquierda de la fisura Salvaterra. Al principio pensé que debía rondar el 8a pero, cuanto más pienso en ello, más duro me parece. Quizás alguien intentaré repatir la ascensión en libre algún día, y así podremos tener una segunda opinión. Pero realmente escalar en libre en el Cerro es algo que va más allá de los grados. Especialmente en el headwall la protección es bastante pobre y en muchas secciones es mejor que no caigas. Por consiguiente, el grado del largo más difícil dice muy poco sobre la dificultad de toda la escalada.