Gran parte de esta inmensa vertiente norte del Picu está recorrida por una afligida geografía. Grandes terrazas, techos, fisuras, chimeneas, placas forman un auténtico laberinto con sectores de roca de una calidad más que dudosa.
Esto ha hecho que, a pesar de que por aquí transcurren las dos primeras rutas de acceso a la cumbre, sea la que menos vías tiene entre las cuatro paredes. También es sin duda la menos visitada y excepto las tres clásicas Schulze, Pidal/Cainejo y Regil, no se escala prácticamente ninguna otra.
Sin embargo, en esta cara norte del Picu es donde se puede encontrar la más auténtica alta montaña. Escalamos por un terreno incierto, sin apenas referencias en la parte inferior, posibilidades de embarque, equipamiento prácticamente inexistente en un terreno de aventura que no nos dejará insatisfechos.
En invierno, si jugamos con su orientación y particular climatología, encontraremos muchas posibilidades para actividades invernales de notable categoría.
Por esta cara norte del Picu transcurre la vía Nosferatu (760 m, 6b/+).Fue abierta del 25 al 27 de agosto de 1980, por Miguel Ángel Mora ‘Biafra’, con la colaboración de Javier Martín y Alberto de Miguel. En estos treinta tantos años que han transcurrido desde su apertura muy pocas cordadas han repetido este recorrido, uno de los más largos del Naranjo. Y sin duda, una ruta desconocida para la gran mayoría de los escaladores al quedar totalmente “limpia” después de su apertura.
El pasado mes de septiembre, Miguel Ángel Mora ‘Biafra’ y Víctor Sánchez repitieron la ruta restaurando algún clavo y enderezando tramos de la vía original. De esta manera, la vía quedó con prácticamente todas las reuniones montadas y algún seguro intermedio.
Crónica de la invernal de Josito Fernández y Curro González
El día 10 de enero partimos desde Madrid hacia el Naranjo con una previsión meteorológica muy buena, tiempo estable y sin precipitaciones.
Llevaba mucho tiempo queriendo hacer una invernal al Picu. Y al conocer que el ‘vampiro’ había sido recuperado se me encendió la bombilla. Una vía prácticamente desconocida y poco transitada, de más de 700 metros, en la cara norte!…
La información que nos llega desde la ‘base’ del Naranjo es que su cara norte está tapizada de hielo, y que su escalada será muy interesante. Disponemos y cargamos todo lo necesario para escalar la pared norte en piolet tracción, mixto o ‘seco’.
Tras la aproximación, descubrimos que, incluso con nieve y algo de hielo, la pared está en perfecto estado. Muy ‘seca’ para esta época del año y con temperaturas no muy severas, de -6ºC.
Despertamos pronto el día 11 con bastante frío, entramos a la pared a las 7:30 de la mañana iluminados por nuestros frontales. Excepto algunos pasajes de hielo, y algún largo de nieve, encontramos la ruta perfecta para una progresión rápida. Efectuando muchos de los largos en ensamble, y atravesando los neveros con pies de gato y piolet para no perder tiempo.
En el pilar norte encontramos algún problema a la hora de ubicar la ruta. Teniendo que hacer una travesía muy expuesta para retomarla. Solventamos el problema de la mochila, utilizando técnicas de izado de petates, en aquellos largos en los que escalar con ella puesta era muy complicado.
A las 18 horas, nos encontramos en la arista cimera del Naranjo de Bulnes, las vistas son espectaculares. Descendemos por los rápeles de nuevo a oscuras y regresamos al refugio sobre las 20 horas.
La ruta es totalmente aconsejable, recorriendo un sistema de viras, muros y fisuras lógicas. Con roca de buena calidad en la gran mayoría de su trazado y con una lógica aplastante.
En invierno o en verano, seguro que se convierte en una gran clásica. Muchas gracias Biafra y Víctor por revivir al vampiro.