Clint Helander y Andres Marin realizaron, entre 23 y el 25 de marzo, la primera ascensión de su viejo proyecto de las remotas Revelation Mountains de Alaska. Después de cuatro expediciones repartidas en seis años, el dúo firmó The Shaft of the Abyss, una línea directa de unos 1.200 metros a través de la vertical cara este del Golgotha (2.725 m). Esta ruta había sido un sueño de 14 años para Helander, quien la visualizó por primera vez en 2008, durante la primera de sus doce expediciones a las Revelations.
Helander y su compañero Seth Holden, quien falleció en un accidente aéreo cerca de las Revelations en 2010, habían concebido la cara este del Golgotha como su línea soñada en una cordillera que para entonces apenas había sido visitada por un puñado de cordadas. Tuvieron su primera oportunidad de verla de cerca aquel mismo 2010, pero no llegaron a intentarla. En 2012, Helander y Ben Trocki intentaron la cara este, pero se retiraron después de dos largos y continuaron a través de un gran couloir hacia la cara sureste, realizando la primera absoluta del Golgotha.
En 2016, Helander y Andres Marin intentaron concluir la línea. Sin embargo, un aumento brusco de las temperaturas, que pasaron de -30ºC a 0ºC en pocas horas, convirtió su aventura helada en una pesadilla de avalanchas y nieve húmeda en la que ningún lugar del circo parecía seguro. Escaparon por poco de una avalancha que engulló su campamento. No pudieron ser evacuados hasta una semana más tarde.
El equipo volvió en 2017 con Leon Davis, con la idea de intentar escalar la ruta del tirón. Habían escalado siete largos cuando un crampón roto les obligó a retirarse. De nuevo regresaron en 2018, pero ni tan siquiera pudieron intentarlo debido al exceso de nieve.
Éxito al cuarto intento
En marzo de 2022, la cordada de Clint Helander y Andres Marin regresó al Golgotha para intentar terminar por fin su línea soñada. Después de cargar su material hasta el collado y fijar cuerdas en la parte baja de la vertiente, dejaron el CB el miércoles 23 de marzo en dirección al couloir que conduce a la canal de unos 600 metros que es la principal característica de la ruta.
Vivaquearon en una cueva que descubrieron en 2017, después de cuatro largos de escalada técnica. Sabían que era el único punto seguro para pasar noche en la parte inicial de la ascensión.
Al día siguiente, superaron su punta de altura anterior y siguieron hacia una de las secciones clave de la ruta, un cuchillo de hielo colgante. Clint Helander tuvo que tirar de creatividad para abrirse paso a través de una cortina de hielo con una combinación de técnicas de mixto y artificial y una caída –sin consecuencias– incluida.
Una vez superada la canal, una serie de escalones de hielo y un largo de hielo fino sobre una placa lisa dieron paso al segundo vivac, en una repisa tallada en el hielo. Durante la noche, Helander se precipitó al vacío rasgando la tienda. Afortunadamente, se había anclado bien a la pared, tanto él como el material y no hubo que lamentar pérdidas de ningún tipo.
Pasado el susto, consiguieron reponer fuerzas para acometer los últimos cinco largos de la ascensión durante la mañana del tercer día y por fin coronar el Golgotha.
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