EXPLORANDO

Por los clavos de Maestri: Jason Kruk y Hayden Kennedy pasaron por la comisaría de El Chaltén

Un grupo de 40 personas fue a por Jason Kruk a un locutorio de El Chaltén, momento en que la Policía Provincial le conminó a entrar en su coche. Junto con Hayden Kennedy pasaron por comisaría y los clavos fueron requisados.

Los clavos de presion de Maestri extraídos de la Vía del compresor del Cerro Torre.  (La Cachaña)
Los clavos de presion de Maestri extraídos de la Vía del compresor del Cerro Torre.
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El 19 de enero, cuando Jason Kruk se encontraba llamando por teléfono desde un locutorio de El Chaltén, un grupo de  40 personas fue a lincharle, según informa el diario digital de El Chaltén, La Cachaña. Después de completar con Hayden Kennedy la Vía de la arista sureste del Cerro Torre, habían bajado por la Vía del compresor y la noticia de que habían sacado buena parte de sus clavos, 102, ya se había difundido por la localidad.

Hasta allí acudió la Policía Provincial. Le instaron a que subiera al coche y le llevaron a su alojamiento, requisaron las mochilas con los clavos y les trasladaron a comisaría. Después de un interrogatorio de dos horas y media, los clavos quedaron requisados y ellos fuestos puestos en libertad. Una acción que fue criticada por varias razones por el andinista argentino Rolando Garibotti públicamente en una carta dirigida al diario La Cachaña: no había delito ni denuncia, la policía provincial no tiene competencias en el parque y no tenía orden de allanamiento.

No es la primera vez que la situación se encona por esta cuestión. Cuando en 2007 Josh Wharton y Zack Smith llegaron hasta el compresor (a un largo de la cumbre) después de escalar más largos «con los medios justos» en la línea alternativa de la arista sureste, anunciaron su intención de retirar los clavos de presión. Entonces, después de una pelea entre escaladores, se celebró una reunión auspiciada por el Parque, y se produjo una votación en la que salió ganadora la opción de mantener los clavos de la Vía del compresor. Las dos partes de este debate fueron reproducidas en Desnivel 251, Tribuna: En contra de quitar los clavos, por Gabriel Otero. A favor de quitar los clavos, por Rolando Gariboti).

Los intentos de completar la línea iniciada en 1968 quedaron paralizados hasta que Salvaterra y Mabboni continuaron la línea en 1999. Los demás pretendientes escalaban la Vía del compresor y seguían la ruta de Maestri, que para el alpinista esloveno Silvo Karo, con un gran historial en el Cerro Torre, no significa nada bueno: «Esa vía ha sido robada al futuro. Sin todos esos clavos la historia de esta magnífica montaña habría sido muy diferente. Estoy convencido de que en alpinismo el “cómo has escalado” es más importante que el “qué has escalado”.

Por su parte, Ermano Salvaterra, quizá el alpinista con un historial de mayor peso en el Cerro Torre abogaba en un artículo publicado en Desnivel por quitar los clavos y dejar sólo el compresor por memoria histórica.

Así, en los últimos años varias cordadas norteamericanas habían recogido el testigo de completar la que podría reconocerse como la línea original y que ahora, al verse completada, se rehabilita ante la Vía del compresor que con 400 clavos de expansión había «profanado la montaña», como acusaba la revista Mountain en 1971 (A mountain desecrated) donde también aparecía el famoso artículo de Reinhold Messner El asesinato de lo imposible. También, el recientemente fallecido Walter Bonatti había clamado contra este tipo de rutas: «Mis compañeros y yo (no todos) hemos aplicado el alpinismo tradicional porque la montaña llena de técnica (como los clavos de presión de Maestri) no es sino la conquista de la técnica, lo que nosotros hacíamos era la conquista del hombre». Una de las razones de su retirada del alpinismo en 1965 fue evitar la tentación de verse arrastrado por la fiebre de las directísimas que se hacía fuerte en  la época.

Quizá por todo ello la democrática votación –que no consenso– de 2007 que resultó mayoritaria para dejar los clavos, no ha tenido suficiente fuerza moral para impedir la acción de Kruk y Kennedy, quienes afirmaron que sólo se plantearon quitarlos una vez consiguieron finalizar la ruta. «Tomamos esta decisión y estamos preparados para vivir con eso. Nunca habrá un consenso sobre qué lado tiene razón, así que simplemente lo hicimos» dijo Kruk a La Cachaña.

Lo que hicieron ha encontrado apoyos, pero también fortísimas críticas. Para escaladores y vecinos de El Chaltén, y de otras partes del mundo como se puede comprobar en los foros ha significado un atentado contra «el patrimonio cultural e histórico» cometido por foráneos –extranjeros que sin embargo acuden cada año a escalar a Patagonia, como recuerda Rolando Garibotti–. No está de acuerdo el histórico escalador argentino Carlos Comesaña, coetáneo de José Luis Fonrouge –uno de los aperturistas de 1968 del intento original– que va más allá que Salvaterra, según recoge el diario digital La Cachaña: “…En mi nombre y en el de otros que resignamos el sueño de ascender por primera vez esta fantástica montaña, declamo por nuestros derechos, a borrar de esas paredes del Cerro Torre, todos los restos – compresor incluido – de la violación cometida por Maestri en los 70, y pienso que nadie –por ninguna razón– puede tener más derecho que nosotros».

Diario digital La Cachaña, 21 de enero:

Carta de Rolando Garibotti en el Diario La Cachaña (21 de enero)

Un nuevo capítulo para el polémico Cerro Torre,

 

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