50 CIMAS EN 86 DÍAS
Javier Campos asciende los “50 techos de España” en invierno
El pasado martes 16 de marzo, Javier Campos terminaba en Torrecerredo su recorrido invernal por la cima más alta de las 50 provincias españolas, que inició el 21 de diciembre en el Mulhacén. El proyecto, aunque muy conocido, cobra especial dificultad en la época más fría del año, y en especial en el invierno histórico que hemos vivido. Él mismo nos resume su aventura.
Javier Campos con Andrés Ureña en la cima del Mulhacén (y el Veleta cubierto de nubes al fondo). Foto: Andrés Ureña©
Javier Campos con Joaquín Álvarez en la cima de Torrecerredo. Foto: Javier Campos©
Autorretrato en la cima de Peña Prieta Sur. Javier Campos©
Javier Campos durante el ascenso al Gorbea. Foto: Zigor Egia©
Javier Campos rapelando la Portilla del Crampón en el Almanzor. Foto: Angel Mieres©
Javier Campos durante su ascenso por la Portilla del Crampón al amanecer, con María Climent y Narciso De Dios. Foto: Angel Mieres©
Javier Campos en la cima del Mulhacén. Foto: Andrés Ureña©
Autorretrato durante el ascenso al Mogorrita. Javier Campos©
Javier Campos intentando entrar en la Cabaña de Sotlló, bajo la Pica D´Estats. Foto: Xavi Arias©
Javier Campos en las cercanías de la cima del Aneto. Foto: Narciso de Dios©
Javier Campos en la cima del Teide. Foto: Felix de la Rosa
Javier Campos en el tramo final de Torrecerredo. Foto: Joaquín Álvarez©.
Para empezar con las cifras, cabe recordar que estar en el punto más alto de las 50 provincias implica subir 45 montañas, ya que cinco de ellas se pueden considerar “montaña comodín” al ser simultáneamente la cima de dos provincias. Es el caso de Peñalara, Moncayo, Gorbea, Peña Trevinca y Torrecerredo. Pero, más allá de este detalle técnico, hay otras cifras que ayudan a comprender la dimensión del proyecto.
Han sido 14.000 km de carreteras en busca de los momentos propicios para cada montaña, 32.500 metros de desnivel positivo acumulado, 88 días de viaje, 6 controles de movilidad ocasionados por las restricciones de la pandemia, 36 compañeros ocasionales (habrían sido muchos más de no ser por el estado de alarma), casi 250 horas efectivas de actividad…
Javier Campos en el tramo final de Torrecerredo. Foto: Joaquín Álvarez©.
Inicio prometedor y Filomena
En un proyecto con tantos objetivos, era fundamental aprovechar al máximo el tiempo. Para ello las primeras dos semanas fueron una auténtica carrera para “tachar” la mayor cantidad posible de cimas accesibles en el sur y el levante. Eran días de tiempo estable, poca nieve y rutas sin dificultad técnica.
Para la gran mayoría de la gente, la llegada de Filomena podría marcar el devenir del reto, pero en realidad algunos días antes la península ya se había cubierto de nieve. Llegaron ascensos muy fríos como el del Canchal de la Ceja (Salamanca) a -18° o el Mogorrita (Cuenca) a -15°. Pero, sobre todo, hubo que pelear con cantidades de nieve inmisericordes que multiplicaron las horas de ascensión en casi todas las montañas. (Moncayo 10 horas, Almanzor 14 horas, Peña Trevinca 11 horas…).
Javier Campos en la cima del Teide. Foto: Felix de la Rosa©
Un respiro en las islas
Por suerte, tanto el ascenso al Puigmajor en Mallorca, como los de el Morrón de la Agujereada en Gran Canaria y el Teide en Tenerife, se convirtieron en pequeñas vacaciones dentro de esta locura de kilómetros, borrascas, noches de furgoneta y comidas precarias… pero faltaba el esfuerzo final que incluía los Pirineos, Galicia y la cornisa cantábrica. Mucho trabajo para una estación tan inestable.
En Collado Pandébano, camino al Urriellu. Foto: Javier Campos©
Mal tiempo, prisas y esfuerzo final
La llegada a Galicia coincide con un frente lluvioso que me detiene durante una semana. El margen ganado durante el principio del invierno empieza a desaparecer y el calendario se va ajustando. Cumbres fáciles como el Pilar, Faro, Aitxuri, Gorbea… se van intercalando con otras más comprometidas como Peña Prieta Sur, la Mesa de los Tres Reyes, el Mustallar o la Torre Blanca.
Faltan 10 días para el final del invierno y el tiempo no da muchas esperanzas, de modo que no me queda más remedio que encadenar las cimas de la Pica d´Estats y el Aneto en poco más de 24 horas para afrontar la escalada de Torrecerredo en unas condiciones invernales espectaculares. Por suerte, la última semana del invierno me regala una escueta ventana de buen tiempo que aprovechamos para culminar la interminable cabalgada invernal en la cumbre de los Picos de Europa.
Definitivamente, las grandes aventuras no siempre están tan lejos como creemos. En un país lleno de montañas como el nuestro, siguen existiendo retos y opciones para todos los gustos. En este caso nada menos que 50.
[Nota de redacción: Javier Campos disponía de todos los permisos obligatorios para poder moverse entre provincias, dada su condición de profesional, con contrato de trabajo de una televisión pública para la grabación de un audiovisual de próxima emisión. La producción audiovisual se considera actividad esencial en el actual estado de alarma, como quedó estipulado en el Real Decreto 463/2020 del 14 de marzo]
En este número: 10 relatos de supervivencia en montaña. Los protagonistas: Messner, Diemberge, Lafaille, Doug Scott T., Caldwell,…