Dos interesantes ascensiones han sido realizadas últimamente en sendos seismiles de las remotas montañas del Himalaya indio. La más destacada ha sido la protagonizada por Conrad Anker, Jimmy Chin y Renan Ozturk, quienes han anunciado que por fin han conseguido escalar el mítico pilar central de la cara noroeste del Meru Central (6.310 m), conocido como Shark’s fin por su característica forma de aleta de tiburón. Todavía no se conocen los detalles de dicha ascensión, que culminó en cumbre el pasado domingo 2 de octubre, pero sí se sabe que los tres experimentados alpinistas ansiaban este objetivo desde hacía tiempo. De hecho, Chin y Ozturk la habían intentado ya en una ocasión anteriormente, mientras que Anker volvía al Garhwal indio por tercera vez.
La exigente línea era una de las escaladas pendientes más extremas del big wall mundial. Hasta ahora había visto retirarse a numerosos grandes escaladores desde los años ochenta en que se empezó a hablar de ella. Entre ellos, japoneses, americanos, británicos y austriacos: Mugs Stump y Scott Backes, Paul Pritchard, Jonny Dawes o Andi Orgler, Pete Takeda y Dave Sheldon (tres tentativas), o el ligerísimo ataque del propio Conrad Anker con Doug Chabot y Bruce Miller en 2003, entre otros.
Sólo un par de tentativas habían logrardo llegar hasta la cumbre, aunque no recorrieron sus afiladas aristas en su totalidad. La primera de ellas correspondió al ruso Valery Babanov en 2001, quien fue galardonado por ello con el Piolet d’Or de aquel año. La casualidad hizo que esa durante esa ascensión el Equipo de Jóvenes Alpinistas dirigido entonces por Jordi Corominas coincidiera con el alpinista ruso en la montaña. Posteriormente, allá por 2006, los checos Marek Holecek y Jan Kreisinger también hacían cumbre, tras abrir una ruta de 2.000 metros de recorrido a la que llamaron La sonrisa del cielo (7a, M5, 80º).
Nueva vía italiana al Bhagirathi III
Por otro lado, también en el Garhwal indio, los italianos Daniele Nardi y Roberto delle Monache firmaron a mediados de septiembre la apertura de una nueva vía en el macizo de los Bhagirathi. Concretamente, entre el Bhagirathi III (6.457 m) y el Bhagirathi IV (6.193 m), en un asalto de tres días completos en la montaña. La línea recorre una lengua de hielo con una caída de 1.200 metros verticales y unas dificultades estimadas en M6/7, A3, WI5+ hasta la arista somital, a unos 200 metros de la cumbre del Bhagirathi III.
“Regresamos al campo base después de 64 horas de escalada”, contaron los dos protagonistas a Montagna, “con dos vivacs en la pared y un principio de congelación en las manos y los pies; ha sido una gran aventura”. A causa de las adversas condiciones meteorológicas y de sus problemas en las extremidades, Nardi y Delle Monache no terminaron de recorrer la arista hasta la cumbre. Además, tuvieron que anticipar su regreso a Italia.