Incluso en tiempos de pandemia, la montaña muestra su cara más dura. El pasado martes 12 de mayo, falleció el escalador, alpinista y guía de montaña Matteo Bernasconi –de 38 años de edad y padre de una niña–, mientras practicaba esquí de montaña en solitario en el Pizzo del Diavolo. Según cuentan medios italianos, se hallaba negociando el remoto couloir Malgina de este pico de la zona de Valtellina (Alpes italianos) cuando se vio sorprendido por una avalancha. Su cuerpo fue localizado por los servicios de búsqueda y rescate en una amplia operación.
Uno de los grandes
Matteo Bernasconi era uno de los alpinistas italianos punteros y uno de los miembros más destacados de los Ragni di Lecco. Apenas hace tres meses de la noticia sobre su apertura con Matteo della Bordella y Matteo Pasquetto en la cara norte de la Aguja Standhardt, en Patagonia, durante tres días de febrero. El nombre de aquella vía de 600 metros y dificultades de hasta 7b/A1, Il dado e’tratto (la suerte está echada) suena ahora premonitorio.
Patagonia ha sido el escenario en el que más ha brillado Matteo Bernasconi a lo largo de su carrera. En 2006, con tan solo 24 años, se encordó con Hervé Barmasse, Lorenzo Lanfranchi y Giovanni Ongaro para firmar la apertura de la primera vía en la cara norte del Cerro San Lorenzo. En 2008, con Fabio Salini, realizó la primera repetición italiana de la Via dei Ragni (o Ferrari) al Cerro Torre.
A partir de 2010 se involucró en el proyecto de realizar la primera ascensión de la cara oeste de la Torre Egger, con Matteo della Bordella y Luca Schiera. Juntos, llevaron a cabo tres épicos intentos y por el camino repitieron otras varias rutas en las agujas del macizo. La mala suerte hizo que en 2013 se tuviera que marchar por trabajo una semana antes del pegue que resultó definitivo y que culminaron sus dos compañeros con la apertura de Die another day.
De nuevo en 2017 fue autor, con Matteo della Bordella y David Bacci, de una apertura patagónica, con la vía El valor del miedo (1.000 m, 90º, M6, A2), la primera ascensión en la cara este del Cerro Murallón.
Guía y persona de confianza
Matteo Bernasconi obtuvo su título de guía en 2011, profesión en la que pudo desplegar sus enormes capacidades didácticas y profundizar en su pasión por la montaña. Quienes le conocían aseguran que su vida eran las montañas y sostienen que Matteo Bernasconi era alguien en quien se podía confiar. Con discreción y sin pronunciar una palabra de más.
En este sentido, valen las palabras de Vinicio Stefanello en PlanetMountain.com:
Berna no era de los que se ponen en el foco de atención. En realidad, nunca se comportó como un líder, a pesar de que lo era. Siempre podías confiar en él, en las montañas e incluso tomando una cerveza. Era hombre de pocas palabras, era más de hechos. Era el compañero ideal. Para muchos, incluso, un hermano mayor. Te sentías seguro en sus manos. Y muchos lo recordaremos por ello, como alguien en quien siempre podías confiar.
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