“El próximo otoño [Carlos] no contará con el patrocinio de IFEMA, al que estamos muy agradecidos por el gran apoyo que nos ha prestado, haciendo posible la expedición de la pasada primavera al Dhaulagiri. Pero la realidad es que Carlos Soria, a falta de dos cimas para terminar su proyecto de ascender los Catorce Ochomiles, con 79 años, representando un ejemplo único, a nivel mundial, de superación y vitalidad, vuelve a estar sin apoyo económico”.
Este es el mensaje que ha compartido el equipo de Carlos Soria en sus redes sociales para anunciar que busca patrocinador de nuevo para financiar su próxima expedición al Dhaulagiri, al que quiere partir a finales de agosto. Es la penúltima montaña que le queda para cerrar la lista, pero se le resiste una y otra vez.
Estos días se encuentra en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sierra Nevada y desde allí nos cuenta cómo está enfocando el entrenamiento y los planes que tiene a corto plazo.
¿Tienes decidido que te vas en agosto?
Estamos pendientes de las noticias de la agencia Seven Summits para ver si me puedo unir a alguna expedición. Si solo son tres o cuatro alpinistas sin sherpas y que van sin más logística no iré. Si la otra expedición es potente, entonces ya veremos. Yo quiero irme y voy a hacer todo lo posible, pero siempre que vea que tengo posibilidades de funcionar bien.
¿Si te fueras solo irías con sherpas?
Si voy con Seven Summits llevaría dos, Mikel y otro. Si voy de otra manera imagino que llevaré solo uno.
«Me gustaría que al menos pudiese venir Luis Miguel López Soriano, el cámara»
Ahora mismo estas en el CAR de Sierra Nevada entrenándote. ¿Qué planes tienes a corto plazo?
Ahora estoy en el CAR y luego me voy con Televisión Española a grabar a Bolivia para hacer el cruce del Salar de Uyumi en bicicleta, son 185 kilómetros, y después subir al Huayna Potosí. Me va a venir muy bien para aclimatar para el Himalaya. Vuelvo a Madrid a principios me agosto y me gustaría irme a Nepal a finales.
De momento no tienes patrocinador.
Estoy un poco fastidiado, pero también muy agradecido a todo el mundo que me ha apoyado. La verdad es que en las tres últimas expediciones el patrocinio se ha resuelto el último día y es una faena estar con la duda hasta el último momento. Al Dhaulagiri me quiero ir, a lo mejor lo tengo que hacer solo porque no puedo llevar a mi equipo, ojalá fuera de otra forma, pero me gustaría que al menos pudiese venir Luis Miguel López Soriano, el cámara, para poder seguir contando lo que pasa. Si voy solo no tendré ninguna comunicación, solo un teléfono satélite.
¿Te apetece volver al Dhaulagiri?
Sí, pero querría volver con mis compañeros, lo otro va a ser muy duro. Cuando era más joven sí me iba solo a los ochomiles… además no hablo inglés, voy a una expedición internacional, pero es igual, me sé defender. Me apetece ir al Dhaulagiri, terminar mi proyecto, me encuentro en condiciones, por eso vengo al CAR y hago todo lo posible por mantenerme en forma. Quiero terminar mi proyecto y sobre todo subir al Dhaulagiri, que tantas veces me ha dicho que no, a ver si me admite una vez.
¿Cómo es el Dhaulagiri en otoño?
Hay otoños fantásticos, la vez que subí más alto fue en esa estación. Con el tiempo no se pueden hacer planes, yo creo que siempre es mejor primavera porque vas del frío hacia el calor, pero lo importante es que no haga viento, el frío es lo de menos.
Si lo consiguieses, el Shisha Pangma sería el último de la lista, una montaña de la que no tenemos noticias de ninguna ascensión en los últimos años.
El alpinista Boyan Petrov tuvo la desgracia de desaparecer allí, pero no tenemos la noticia de que nadie haya subido a la cumbre principal desde el terremoto. Hay quién dice que ha podido quedar más baja que la otra, aunque no se sabe.
«La gente enseguida saben quién soy y me quieren muchísimo»
Volvamos a Sierra Nevada. ¿Qué haces estos días en el CAR?
Bicicleta, condición física y subidas. El otro día fui hasta el Mulhacén pasando por el Veleta e hicimos veintisiete kilómetros. Estuve 9 horas andando, 2.000 metros de desnivel. Me sentí muy bien, la verdad. Mi reloj Suunto es muy divertido porque, cuando hago un entrenamiento, me dice las horas que tengo que recuperar. El día después de subir al Veleta me daba 90 horas de reposo y ahora me dice que le debo 40. Como le tengo puesta mi edad… Voy a tener que quitar mi fecha de nacimiento porque me pone un poco nervioso.
Tienes que ir quitando años al reloj hasta averiguar cuál es tu edad verdadera.
Tendría que poner 60 años para ver qué recuperación me pone.
¿Por qué te gusta tanto el CAR?
Porque tienes tranquilidad, en casa no la hay nunca. Aquí vives solo para entrenar, dormir y alimentarte. Cristina, mi mujer, siempre me dice que es entre una cárcel y un sanatorio. Está lleno de deportistas de todas las nacionalidades. Están aquí los ciclistas que preparan la Vuelta a España e impresiona verlos subir cuestas, parece que van en llano. Tienen mucha disciplina y me fijo en cómo comen, es uno de los pocos sitios donde no me siento raro.
¿Cómo te sientes entre tanta gente joven?
La gente enseguida saben quién soy y me quieren muchísimo, en el CAR me tratan muy bien. Pero me encuentro un poco solo últimamente. Entre la sordera, el desfase que tengo con la gente de mi edad y lo raro que me voy volviendo con algunas cosas… Pero nada grave, tengo compañeros mucho más jóvenes, con los antiguos tengo contacto de otra forma. Así es la vida.
«Hace muchos años que estoy conmigo y me conozco»
¿Qué tal la rodilla?
Bien, en las bajadas me pongo la rodillera y algo me hace.
¿Sigues con tu entrenador?
Sí, él me sigue lo que voy haciendo y me ayuda bastante. Yo también me guío por sensaciones, pero él me pone una pauta aunque uno no es tonto, sé que tengo que bajar el ritmo cuando estoy muy cansado o dolorido. Hace muchos años que estoy conmigo y me conozco.
¿Cuál es tu rutina? ¿Entrenas muchas horas en el CAR?
La mañana enseguida se te va y algunas veces hago algo también or la tarde, como bici o estiramientos. Aquí en el CAR está todo muy cómodo, todos los días entreno, unos muy fuerte y otros un poco más flojo. Y también duermo la siesta casi todos los días. Me levanto temprano, empiezo antes de las siete de la mañana y después de comer duermo un par de horas de siesta. Aquí tienes la comida hecha, no tienes que preocuparte de nada, está todo a tu favor.
Hola Carlos, plantéate una financiación popular.
«la felicidad no la encontrarás en la culminación de ningún camíno. la felicidad está en el camíno…» entiendo que el alpinismo patrocinado, quiere resultados… quizás este año, sin esa presión y con otros compañeros.tome alguna otra táctica o decisión en el momento de atacar la cima. en todo caso, q vaya bien por la montaña!
Fuerza Carlos, no pierdas la fe que se va a dar. Más allá de las cosas que ponen ciertos listillos por aquí te recuerdo que eres una gran inspiracion y un ejemplo de tezón admirable. Te deseo lo mejor y vamos, que quedan dos y le pones el moño a esta hermosa historia.
Animo Carlos, solo quedan dos … y tu puedes seguro ya lo has demostrado con creces. Te deseo mucha suerte y animo. Menudo envidia sana me das 😉
Hay que estar en su piel para comprenderle. Yo exdeportista no le comprendo porque valoro mas estar con mis seres queridos que grandes retos.
Cuando ves la foto y lees el titular da mucha fatiga, pero luego lees el texto y te lo imaginas entrenando como un jabato en el CAR, sólo, medio sordo y sin amigos de su edad pudiendo compartir fatigas… y sientes una enorme ternura por el y tambien pena. Otra vez peleando por un sponsor de ultima hora a estas alturas de su vida, otra vez sin querer rendirse, otra vez burlando a la lógica. Espero que pueda ir con amigos, porque tal y como están los ochomiles de gente «solidaria» estar allí sólo y sin manejarse en Ingles debe ser lo mas parecido al infierno. Como para que te pase algo por allí arriba! Suerte!
A tope con Carlos, ojalá consiga su objetivo. Juncal, ¿cuántos octogenarios han subido al Dhaula? Es que yo no sé si es que sois bobitos u os lo hacéis.
mi apoyo incondicional a Carlos, si alguna empresa quiere gastarse unos euros, podría sacarle mucho jugo publicitario, no es una mala inversión.