El pasado 15 de octubre Carlos Soria se operó de la rodilla para ponerse una prótesis y acabar con las molestias que llevaba años arrastrando. “Es una intervención frecuente, lo complicado es encontrar una prótesis que tenga la estabilidad suficiente y la movilidad para poder intentar lo que quiere”, contaba después Manuel Leyes, el traumatólogo que se encargó de la intervención.
Porque las prótesis de rodilla permiten llevar una vida de actividad moderada, es decir, hacer bicicleta, jugar al golf o pasear, actividades mucho menos exigentes que la que tiene Carlos entre manos: intentar el Dhaulagiri en agosto y subir antes el pico Lenin (7134 m). Para ello se entrena con el mismo rigor de siempre.
Todo en Carlos son situaciones fuera de lo común que, sin embargo, resuelve con éxito. Sigue haciendo alpinismo a los 80 años, le quedan solo dos ochomiles para completar los Catorce y ya tiene más cerca el patrocinio que tanto necesita para poder marcharse de expedición con su equipo.
“Hemos tenido que cambiar la fecha de salida para el Himalaya porque al principio no teníamos suficiente patrocinio, pero ya parece que lo estamos consiguiendo», cuenta sobre la modificación de los planes, pues al principio tenía pensado viajar en abril. «Este año seguro que me voy a poder ir con mis compañeros al Dhaulagiri y vamos a triunfar”.
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