El guía neozelandés de 65 años, propietario de Himalayan Experience, anunció su retirada tras la expedición de este verano al K2. Ha matizado su declaración: no deja el negocio sino que pasará más tiempo en la oficia que en la montaña.
Desnivel.com - Miércoles, 23 de Agosto de 2017 - Actualizado a las 08:00h.
Russell Brice cumplió 65 años el pasado 3 de julio, en plena expedición al K2 (8.611 m). Unas semanas más tarde, se lamentaba de no haber acertado con la única ventana de buen tiempo que permitió a un único grupo alcanzar la cumbre por primera vez en tres años. En una carta publicada en la página web de Himalayan Experience, apuntaba que “he fallado, es el momento para mí de dejar este juego” y añadía que “es el momento de colgar las botas de guía y calzarme mis botas personales”.
La comunidad del alpinismo interpretó que Russell Brice se retiraba de las expediciones. Pero unos días más tarde, tras haber regresado a Londres y haber reflexionado sobre todo lo ocurrido en el Karakórum, ha emitido un nuevo comunicado para precisar sus palabras y matizar las interpretaciones que se habían hecho de ellas. La conclusión es que no se retira del mundo de las expediciones, aunque continuará ligado a ellas más desde la oficina que desde el campo base. Estas son sus palabras:
Debo tratar el comentario superficial que hice sobre colgar mis botas. Agradezco de veras a todos los que me han mandado mensajes de apoyo. Es bonito saber que la gente aprecia mi trabajo, pero ellos no tienen que vivir en una tienda, levantarse pronto cada mañana, tomar decisiones a vida o muerte, luego trabajar todo el día, y estar disponible al teléfono 24/7 durante medio año, viviendo de comida básica, en una cultura diferente que a menudo es bastante vaga con los objetivos pero llena de burocracia. Hasta ahora, este año he estado en casa menos de 16 días, he pasado más de 100 noches en una tienda, he tomado más de 25 vuelos internacionales y no he tenido ningún día libre del trabajo. Una vez tuve 25 años, y disfrutaba esta vida, pero ahora tengo 65 y el cuerpo ya no rinde igual, y tratar de seguir el ritmo de los que tienen la mitad de mi edad es desafiante y divertido, pero se cobra su peaje.
Yo no quería insinuar que iba a dejar la industria; es mi modo de ganarme la vida, y lo que quería decir era que quizás debería pasar menos tiempo en el campo base de lo que he hecho en el pasado. Vendrán muchísimas novedades emocionantes con el desarrollo de Himex y nuestras operaciones, y debo pasar más tiempo en una oficina de verdad en lugar de una oficina de campaña en la vertiente de una montaña. Quizás la vista no será tan grande, pero al menos el aire acondicionado y el control de temperatura trabajarán de forma un poco más fiable.
Y es que el ritmo de Russell Brice en las grandes montañas del planeta es prácticamente inigualable. Su carta concluye diciendo que esta misma semana regresará a Katmandú para comenzar la expedición de otoño al Manaslu, algo que lleva haciendo de forma ininterrumpida desde 2008. Aquel año trasladó su tradicional expedición otoñal del Cho Oyu (que había liderado desde 1974 hasta 2007) al Manaslu. También en 1974 se estrenó liderando una expedición a la cara norte (Tibet) del Everest en primavera, y sigue yendo cada año a la montaña más alta del mundo, aunque desde 2008 lo hace por la cara sur (Nepal).
Esos más de 40 años al frente de expediciones a los ochomiles han otorgado a Russell Brice un papel insigne en la comunidad internacional del himalayismo. El neozelandés se ha ganado un merecido prestigio, basado en la profesionalidad de su organización y en una manera de hacer seria y metódica. Sus decisiones siempre han sido muy respetadas y a menudo seguidas por otros grupos, y algunas veces sorprendentes y controvertidas, como cuando retiró a su expedición del Everest, Lhotse y Nuptse en 2012 ante las malas condiciones de la Cascada de Hielo del Khumbu –aunque ese año no ocurrió nada, un par de temporadas más tarde, en 2014, sí hubo un gran desprendimiento con 16 sherpas muertos–.
Pero Russell Brice fue alpinista antes que organizador de expediciones. En los años ’70 realizó varias ascensiones en Perú, fue el primero en escalar los 30 tresmiles de Nueva Zelanda en un verano y ascendió el Mt. Eribus en la Antártida (como guía).
En los ochomiles, ha hecho cumbre dos veces en el Everest (1997 y 1998), donde también fue la primera persona junto con Harry Taylor en superar los Pináculos de la arista noreste (1988). Además, ha alcanzado también las cimas del Shisha Pangma (1990), Cho Oyu (1990) y Manaslu (2010), y superó los 8.000 metros en el Broad Peak (hasta 8.000 m en 1992) y en la cara norte del Kangchenjunga (hasta 8.400 m en 1984).
En su actividad, destacan otras ascensiones, como la quinta absoluta del Ama Dablam (1980, por la arista norte) o la segunda del Himal Chuli Oeste (1989, por una nueva ruta). El Elbrus, el Denali o el Monte Vinson también figuran en su currículum, donde vale la pena destacar dos ascensiones exprés: las 3h20’ que tardó en escalar el Ama Dablam desde el C1 (1995) y las 11 horas que invirtió desde el CBA hasta la cima del Cho Oyu (1996).
En este número: Alpinista de leyenda Ueli Steck; El Capitán Alex Honnold en solo integral; Pirineo francés Néouvielle; Material premios Desnivel; Everest x 2 Kilian Jornet; Homenaje Guillermo Mateo; Cultural José Ignacio Amat; Opinión Tragedia y realidad
a 8.000 metros; Nepal Apertura a un 6.000 virgen; Seguridad Análisis de accidentes
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